Mi nombre es Tomás Balmaceda y desde hace más de diez años escribo sobre tecnología, innovación y nuevas tendencias en distintos sitios de mi país, Argentina. A partir de hoy voy a estar escribiendo aquí en el blog de PayPal, un rol que me tiene muy contento y entusiasmado.
Pero iniciar un nuevo trabajo significa que tengo una tarea más que cumplir y que debe acomodarse a mi agenda. Es posible que a ustedes les suceda lo mismo: los invitan a nuevos proyectos que les generan altas expectativas pero tienen que encontrar el tiempo para poder realizarlos… ¿no sienten que cada vez hay más buenas ideas y que el día debería empezar a tener más de 24 horas?
A diferencia del mundo en el que vivieron nuestros padres y nuestros abuelos, hoy somos muchos los que nos enfrentamos al desafío de hacer varias tareas sin estar obligados a cumplir un horario estricto de oficina o sin contar con un espacio físico determinado para hacerlo.
Por ejemplo, estas líneas las estoy escribiendo desde un hotel que queda en la selva misionera, en la triple frontera de Argentina, Brasil y Paraguay, a donde vine por un encuentro de prensa. La vista de mi habitación es mucho más bonita que la de cualquier oficina que haya conocido pero la conexión de Internet es mala, el escritorio en el que tengo la computadora es incómodo y en una hora ya tengo que reunirme con mis colegas.
Ser freelancer es una realidad para muchos de nosotros, ya sea por opción o por necesidad, y por eso debemos utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para poder ser eficientes y productivos. Por eso hoy me gustaría contarles cómo hago yo para manejar mis tiempos a la hora de trabajar y cuáles son algunos de mis trucos para no perder ningún deadline.
Mi gran aliado es mi calendario. Lo tengo en mi teléfono, sincronizado con mi correo, y lo consulto de manera constante: aprendí a no depender de mi memoria para mis citas o reuniones, todo tiene que estar escrito allí. De este modo eliminé la presión de tener que recordar algo o la decepción que me provocaba olvidarme un encuentro. Al trabajar de manera independiente, tu principal capital es tu responsabilidad, por eso no es aceptable faltar con lo que nos comprometimos o no cumplir con los plazos prometidos.
En estos años también descubrí que el principal enemigo de mi productividad son las notificaciones. Hoy todo lucha por ganar mi atención: mi teléfono vibraba y sonaba con cada correo electrónico nuevo, con cada mención en Twitter o con los likes de Instagram. Por eso, cuando trabajo sólo dejo activadas las notificaciones de llamadas telefónicas y chequeo mi bandeja de entrada una vez por hora.
El origen de mi procastinación es la dispersión de la atención. Me jacto de ser bueno en el multitasking, pero también es fácil para mí dejar algo por la mitad si encuentro otra cosa más atractiva. Por eso me pongo horarios estrictos en donde pongo el foco en escribir o leer, sin prestarle atención a las notificaciones.
Uso la técnica Pomodoro: trabajar con intensidad y sin interrupciones por 25 minutos y descansar 5, gratificándome leyendo tweets o viendo algún tráiler en YouTube, y cada cuatro bloques de 25 minutos descanso 20. Hay varias apps que ayudan con esta técnica, basta con buscar el término “Pomodoro”. Algunas aplicaciones, incluso, bloquean la conexión a WiFi de tu laptop hasta que pase el tiempo. La considero algo extrema pero sé que a varias personas les resultan útiles.
Finalmente, otro de mis trucos para mantener mi productividad la tomé del método GTD de David Allen. Si una tarea se puede realizar en menos de dos minutos, la realizo en ese momento, no la aplazo para más adelante. De este modo, la cantidad de pendientes se ve notoriamente reducida y, con ella, disminuye mi atención y mi presión.
Éstas son algunas de las herramientas que utilizo para poder trabajar de manera independiente para varios clientes. Muchas las aprendí leyendo en blogs y libros, así que ansío que estos comentarios puedan ser útiles a la hora de enfrentar sus tareas.
Tomás Balmaceda, Periodista y blogger