Archivo PayPal Stories

Alexandra Loras: una voz por la igualdad
Forma parte del métier de la esposa de un cónsul representar a su país en recepciones, eventos, actividades diplomáticas y ocasiones especiales. En Brasil desde 2013 acompañando a su marido, Damien Loras, cónsul general de Francia, la periodista Alexandra Loras bien podría dedicarse solamente a ese circuito glamuroso. Pero ella decidió ir más allá de los salones de la alta sociedad. Levantó la bandera contra la desigualdad racial y social y se tornó una de las principales portavoces de la causa en el país.
 
Decir que Alexandra actúa incansablemente en ese frente no es una mera figura de lenguaje. En la agenda, concilia las atribuciones de esposa del cónsul participando de reuniones, mesas redondas, entrevistas y conferencias – “de una a dos por día” – sobre temas que incluyen la estigmatización de los afrodescendientes, además de dar clases voluntarias para refugiados haitianos en el Centro de São Paulo y aún abastecer su blog sobre la dignidad negra.
 
Ser una fuente de inspiración para otras mujeres en el rescate de la autoestima es una especie de catarsis para Alexandra o, como dice, una “justicia restaurativa”. Alexandra, que es hija de padre inmigrante africano y madre francesa de origen judía, nació en el barrio de Tarterêts, un gueto de la Gran París, y desde temprano sintió en la piel el preconcepto, que no la abandonó, aun cuando llegó a ser presentadora de TV en Francia.
 
Un turning point en ese camino ocurrió con la lectura del libro Mis estrellas negras – de Lucy a Barack Obama, de Lilian Thuram, con entrevistas de 42 personalidades afrodescendientes que marcaron la historia. “Me pareció muy fuerte y decidí hacer una maestría sobre la invisibilidad del negro en la televisión francesa”.  Según ella, allí comenzó una revolución interna que encontró, en Brasil, la posibilidad de ser extravasada y ganar voz. Una oportunidad que ella abrazó sin medo. Con la palabra, Alexandra Loras: 
 
 
 
POSIBILIDAD DE HABLAR
 
“Las conversaciones y conferencias que hago son como una justicia restaurativa. Fue de manera muy orgánica que éstas ocurrieron y hoy son una o dos por día. Yo sería incapaz de hacer en Francia lo que estoy haciendo en Brasil, porque mi país me enseñó a callarme - así como los negros aprendieron a callarse en Brasil. Pero, como estoy usando la otra parte de mi cerebro con el portugués, es menos visceral. Es como logro hablar de esos asuntos. Sufro racismo en Brasil, pero no me lastima tanto como en mi propio país, donde muchos jóvenes sufren por no tener identidad, no ser representados o aceptados como franceses”.
 
 
TURNING POINTS
 
“Cuando leí el libro Mis estrellas negras, de Lilian Thuram, mi vida cambió. Comencé a descubrir todas las invenciones creadas por negros, su historia, su pasado como reyes y reinas. El eurocentrismo borró todo eso. Decidí hacer una maestría sobre la invisibilidad del negro en la televisión francesa y comenzó una revolución dentro de mí. Cuando llegué a Brasil, la causa me abrazó más que yo a la causa. Y lo que fue increíble de la dualidad de Brasil es que los medios me dieron mucho espacio para hablar como esposa del cónsul, porque, claro, mi título es lo que me da la legitimidad. No sé si en Francia una extranjera podría tal vez hacer una crítica sobre nuestra sociedad y ser escuchada con tanta empatía y compasión. El retorno que tengo, los e-mails que recibo, nutren mi alma”.
 
 
“Brasil va a ser siempre un país que, realmente, me ayudó mucho a rescatar la autoestima e ir más allá de ella para ayudar a un pueblo oprimido que no tiene mucho espacio para reivindicar.”
 
 
 
EN LA PROPIA PIEL
 
“El protocolo francés impone que yo me quede en la entrada de la casa para dar la bienvenida a todos los invitados del consulado. Y ocurre que muchos brasileños pasan delante de mí o detrás pensando que yo soy una empleada. Ellos ni se dan cuenta de que, aunque yo fuese una empleada, me gustaría no ser invisible. Es muy humillante. Son acciones veladas que son difíciles de percibir cuando usted no es negro. Cierta  vez, me impidieron entrar en un hotel de cinco estrellas en Salvador. Sólo me dejaron entrar cuando escucharon mi acento y mostré más actitud. Claramente, si fuese una negra brasileña no me habrían dejado entrar”.
 
 
DESIGUALDAD ATÁVICA
 
“En Brasil estamos en un sistema democrático que promueve la igualdad, pero si miramos realmente hacia dentro de esa democracia, es aún una oligarquía moderna disfrazada, en el sentido de que 85 familias brasileñas poseen más del 55% de la economía. La abolición de la esclavitud no fue suficiente para acabar, de hecho, con la esclavitud. Si usted gana 1.200 reales en San Pablo - o sea, 800 reales efectivamente en su bolsillo al final -, es tan sólo sobrevivencia, porque es una de las ciudades más caras del mundo. ¿Cómo es posible vivir con dignidad con 800 reales? ¿Cómo eso puede ocurrir en el séptimo país más rico del mundo y noveno mayor PIB del planeta?”
 
 
“Brasil tiene potencial para tener infraestructura, transporte, salud y educación como en los Estados Unidos o en Europa, pero prefiere tener 70% de su pueblo como analfabeto funcional. De una cierta forma, es conveniente dejar que el pueblo no entienda bien lo que está ocurriendo, para que no se rebele”.
 
 
 
DUALIDAD A LA BRASILEÑA
 
“Es interesante observar la dualidad de Brasil. El país cordial, mestizo, del Carnaval, de la samba, de la felicidad, de la proximidad, pero donde, al mismo tiempo, existe el racismo. Me gusta preguntarles a los blancos que creen que no existe racismo en Brasil: ¿Cuántos amigos negros tiene usted? ¿Dónde ve usted a los negros en los círculos de poder y de liderazgo? ¿Dónde ellos están entre los ejecutivos? ¿Dónde están en el gobierno? Y eso se refleja en las novelas. La mujer negra es siempre estigmatizada como la empleada doméstica, el hombre negro es siempre el malvado, el traficante. No por acaso, en encuestas ya realizadas, 85% de los niños negros de menos de 5 años eligieron la muñeca blanca como la buenita y la negra como la fea, la mala”. 
 
 
 
SOLUCIONES POSIBLES
 
“Para mí, una solución es tener guionistas negros escribiendo en la televisión y no dejar solamente que los blancos escriban sobre los negros. En los Estados Unidos, por ejemplo, tenemos varios canales para negros. A veces escucho a personas que dicen que la revista brasileña “Raça” es muy racista, sólo para negros. ¡Pero esas personas no se dan cuenta que todas las otras revistas son para blancos, nosotros no aparecemos! Dicen que somos racistas cuando estamos tratando de rescatar nuestra propia autoestima, nuestra dignidad de existir. Entonces es necesario tener guionistas negros. No sólo uno, sino un  equipo para desarrollar series como Bill Cosby Show, que retrataba a una familia en la cual el padre negro era médico, la esposa era abogada, tenían cinco hijos y vivían en el mejor barrio de Nueva York. Esa serie me ayudó mucho a desarrollar la autoestima cuando era niña. Así como The Fresh Prince of Bel-Air con Will Smith. La serie mostraba una familia de negros poderosos y trabajaba mucho en la narración o imaginario del niño negro, mostrando que es posible llegar al objetivo. Pero es necesario hacer producciones brasileñas, no poner en la novela sólo una abogada negra que viene de la favela y reproducir estereotipos.
 
Otra solución es poner dentro de los libros didácticos personajes como el escritor brasileño Machado de Assis y otras grandes figuras negras. Mostrarles a los estudiantes que la heladera, el marcapasos, la antena parabólica y el celular fueron creados por negros. Necesitamos desconstruir un poco el eurocentrismo, que borró a otras civilizaciones y culturas”.
 
 
MERITOCRACIA Y CUOTAS
 
“Actualmente, lo que es interesante [en las discusiones sobre igualdad] es no tener venganza o represalia. El blanco de hoy no es el responsable por lo ocurrido ayer, por la esclavitud. Tenemos que sacar ese peso de la espalda del blanco. Tenemos que tener en el enfoque que es necesario el blanco a nuestro lado para cuidar la sociedad. Pero, hablar de meritocracia no existe, porque si usted ya comenzó aquí y el negro allí.
 
 
“Hoy, necesitamos el sistema de cuotas en las universidades brasileñas para equilibrar. Es una solución temporaria, pero necesaria durante, por lo menos, unos 10 a 20 años”.
 
 
 
RACISMO EN LAS EMPRESAS
 
“Tengo un amigo negro que trabaja en un banco y, cierta vez, estaba en la antecocina de la oficina y un trader entró le pidió dos cafés. Él es extranjero, no habla bien portugués, y se quedó medio sin saber qué hacer. El brasileño repitió: “¡Dos cafés, mozo!”. Sólo cuando mi amigo respondió “Sorry” el trader se dio cuenta de que no era un empleado. En su cabeza era imposible ver un negro que no fuera otra cosa que la persona que sirve el café”.  
 
 
 
PRECONCEPTO EN LA RED
 
“Con relación a los recientes casos de racismo en la Internet, es importante que hablemos sobre eso. Porque si no miráramos el problema, sus causas y las consecuencias, es difícil ver que todavía existe. Queda en eso de decir que somos un pueblo mestizo, entonces todo está bien. ¡Y mire que estamos hablando de mujeres famosas, que están en los medios! Pero hay miles de niños y niñas que sufren racismo todos los días y nadie dice nada, porque ellos no tienen voz en los medios. Imagínese, si ocurre con nosotros en nuestra posición, con nuestro poder, ¿cómo es para una niño negro?”.
 
 
BRASIL, UN TERRENO FÉRTIL
 
“Diferentemente de las colonizaciones españolas, inglesas o francesas, los portugueses usaron a Brasil como una empresa. Venían, extraían y volvían. Entonces no dejaron marcas culturales tan arraigadas y, de una cierta forma, los pueblos indígenas y africano pudieron establecer una cultura propia muy fuerte - alrededor de la naturaleza, de las matrices de las religiones africanas.
 
Eso le dio al Brasil un pueblo con una complejidad mayor. Hay un interculturalismo. Hoy, la producción intelectual brasileña es una de las mayores del mundo. ¡Para mí, lo que está ocurriendo aquí es el tiempo de las luces! Como el brasileño [por sus orígenes coloniales] no fue muy académico, tiene una mente más abierta - es como un adolescente rebelde. Está más abierto a la polémica y a la crítica que el resto del mundo, que está muy aprisionado a la dimensión académica de que cada pensamiento tiene que tener una referencia filosófica. Eso se refleja en lo que está ocurriendo hoy en el poder, de poner luz sobre toda la corrupción, en la polémica de salir a las calles, en las manifestaciones, en esa revolución no tan silenciosa. Eso va a entrar a la historia”.

Eduardo Burckhardt, Editor | Blog PayPal BR & Latam

Mantente al día.

Inscríbete y recibe las últimas noticias por correo electrónico

Suscríbete