Federico Gomez Schumacher, GM PayPal Latin America
Vivimos una época de incertidumbre, gracias al avance del nuevo coronavirus, que exige una toma de decisiones diaria. Además, la sociedad demanda, cada vez más, una postura de líder de los ejecutivos en puestos clave. No es de extrañar que seamos protagonistas de todas las investigaciones sobre la confianza, por delante de los gobiernos, los políticos y los medios de comunicación. Esto se debe a que, entre otras características, los líderes deben estar dispuestos a realizar acciones de las que otros no son capaces. Y el escenario mundial actual es un claro ejemplo de cómo podemos marcar la diferencia.
Un momento de crisis es el mejor momento para que un líder demuestre su valor y asuma riesgos. El ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, dice que "la persona adecuada en el liderazgo se muestra aún mejor en los momentos más difíciles". Cualquiera que haya visto “El destino de una Nación”, que ganó el Oscar por Gary Oldman en el papel del primer ministro británico Winston Churchill durante la Segunda Guerra Mundial, sabe de lo que está hablando Giuliani. Porque, cuando se conoce el entorno y todo va con normalidad, casi cualquiera es capaz de liderar. El problema comienza cuando perdemos el norte, cuando la vida cotidiana es imperfecta e inestable. El primer paso del líder en tiempos de crisis es ser sincero y coherente. En tiempos difíciles, es fundamental no perder la confianza del equipo. Por ello, es necesario ser sincero sobre las dificultades y la estrategia adoptada por la empresa para afrontar la crisis. La coherencia debe estar presente en todas las dimensiones de la gestión: en el discurso, las actitudes y las decisiones.
Fortalecer la comunicación
Un buen flujo de comunicación es capaz de mantener comprometido al equipo, además de mejorar el clima laboral. Para ello, el líder debe compartir información, incluida la situación del mercado, la competencia y, sobre todo, los obstáculos a superar. Las reuniones con el equipo son de gran utilidad en el proceso de comunicación y también sirven para aclarar dudas, definir prioridades y dirigir esfuerzos.
Manejar las emociones
En tiempos de crisis, la inseguridad y la preocupación entre los empleados es común. Y este conjunto de factores puede afectar negativamente la productividad. Así, le corresponde al líder entender la situación y gestionar las emociones, intentando siempre valorar las habilidades y motivar al equipo.
No posponer decisiones
Durante la crisis cobra mayor importancia la agilidad en la toma de decisiones, sobre todo para evitar el derroche de recursos y asegurar una mayor flexibilidad ante la adversidad. Los cambios en los planes deberían ocurrir, pero de forma estructurada.
Revisar metas y objetivos
La gestión de crisis también requiere una revisión de las metas y objetivos de la empresa para compatibilizarlos con la nueva realidad. Con esta medida, es posible mantener el foco en las principales rutinas, realinear oferta y demanda, reorientar equipos y establecer nuevas líneas de trabajo.
Reduzca costos de manera inteligente
Además de la constante necesidad de optimizar procesos y recursos, en tiempos de crisis es necesario actuar con más fuerza en la reducción de costos. En este sentido, es interesante contar con sugerencias del equipo para localizar gastos innecesarios que no añaden valor, además de la posibilidad de recortes en algunos presupuestos y proyectos.
Fomentar la creatividad y la innovación
La búsqueda de soluciones y oportunidades debe formar parte del día a día de cualquier empresa y, para ello, es fundamental fomentar la creatividad y participación de los equipos. Los programas de innovación pueden producir grandes resultados. También es necesario investigar mejores prácticas, nuevas tecnologías y diferentes nichos de mercado, además de buscar alianzas e invertir en la mejora continua.
Ejercer un liderazgo proactivo
En tiempos de crisis, los líderes proactivos pueden fomentar un comportamiento idéntico por parte del equipo. Se debe fortalecer el sentido de urgencia y oportunidad, así como el dinamismo, el compromiso y la capacidad de resolución de problemas.
Seguimiento de indicadores de desempeño
La gestión estratégica debe basarse en indicadores de desempeño para monitorear al equipo y las metas planificadas. Esta herramienta es muy útil, especialmente en tiempos de crisis, cuando la productividad se vuelve aún más necesaria. Además, a través de los indicadores, es posible detectar algunas tendencias con anticipación, lo que permite la corrección de desviaciones o una mayor inversión en determinados procesos.
En estos momentos, es necesario lograr la primera victoria dentro de su entorno laboral. Si sus empleados comprenden lo que se debe hacer y creen en su liderazgo, la mitad del camino estará ganado para mejores días. De lo contrario, su empresa perderá mucho tiempo y dinero.